
Es verdad. No ha pedido todavía perdón:
- por decir que preside el gobierno más trasparente de la historia democrática de la Comunidad Valenciana y olvidar que su gobierno mantiene claúsulas de confidencialidad en contratos públicos que nos impide conocer sus costes ( perdón nuestros costes que es dinero público).
- por tener que enterarnos gracias a sumarios judiciales del coste aproximado de la visita del Papa en 2006, casi cuatro años después por más veces que se le pidiera.
- por seguir negando la existencia de Gürtel, esta vez en palabras del conseller Blasco "el caso Gürtel no tiene trascendencia en la Comunidad Valenciana" cuando según El País un informe policial remitido al Tribunal Superior de Madrid acredita 76 contratos a dedo y denuncia múltiples irregularidades.
- por haber mentido sobre sus relaciones con la trama y la existencia de regalos.
- porque me averguenza como valenciano.
Se que nunca lo pedirá.
La pregunta es ¿seguiremos aplaudiendo?
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